Acerca de la sutil diferencia entre coleccionar y amontonar.
Bien, me encontré hace unos días frente a mi ex-colección de free postcards.
Estuve chequeando, tiré bastante, guardé sólo algunas.
Y me puse a pensar (qué cosa... que disparadores extraños tiene uno a veces), en eso... en la gente que junta... en los coleccionistas.
El límite es un poco delicado.
Están aquellos que por alguna afición, en algún momento deciden coleccionar determinada cosa, de cualquier índole (sino recuerden el chiste de Susanita, de Mafalda, en que coleccionaba sus lágrimas en frasquitos)
Esto es: un rubro, por ejemplo las tradicionales estampillas. Dentro de ese puede haber sub-clasificaciones (argentinas, extranjeras, series de personajes, lugares, etc) Y es muy común que uno empiece su colección a granel, y con el tiempo la vaya haciendo más específica. En mi caso he coleccionado: papeles de golosinas (que después se redujo a papeles de alfajores.. y después a "tirá todo eso a la basura); latitas de bebidas (reducida a material reciclable); free postcards (la más reciente reducida a free postcards de bebidas); tarjetas de teléfono (encaminada a serie Disney y dibujitos); Snoopy, no reducida a nada... ya que todo objeto que llega a mis manos con la imagen de este perro es convenientemente guardada.
Y, vaya uno a saber qué explicación psicológica o científica puede tener esto...pero esta bueno.
Ahora el tema es cuando esto es cuasi patológico y alguien empieza a "coleccionar" TODO!!! o sea... se transforma en "juntero profesional"
Se empieza con el boleto de "aquella" cita.. el papel de algún bombón, y de ese modo romántico y cursi, se pasa a diarios para el vecino, papelitos de colores, botones sueltos que "alguna vez serán cortina o collage", botellas y/o frascos de variadas formas (con la excusa de los licores caseros o conservas), y así... con un poco de imaginación, nos encontramos con que ese precepto de "nada se tira, todo se transforma", no es una cuestión de ecología extremista... sino una vana excusa. Llora Greenpeace, llora... no eran socios compenetrados con la causa... era sólo por la satisfacción personal de acumular!!!
Yo como J.A. (juntera anónima) recuperada... puedo asegurar que está bueno a veces tirar un poco, sacar, donar, regalar o lo que sea... se respira mejor... se ven más las cosas, hay más espacio externo y alivia la mochila interna... (o sino cómo se explica que comúnmente ante el fin de una relación por ejemplo, todas aquellas cosas que nos parecían maravillosas, pasen a ser "porquerías que se juntaron y tirá todo!") Y de paso ( si se está cómodo en el papel de juntero y nos hace felices), nos da sitio para renovar el stock de rejunte.
Pero hay que reconocer una cosa... los 5 minutos de gloria del juntero... ESO QUE ESPERAN DURANTE AÑOS A VECES... el momento en que alguien necesita un corcho para pintar a la nena que va a actuar de negrita en el colegio, un papel reciclado para alguna carta exótica, o algún retazo para remiendo o una preciosa mochila patchwork. Ahí al juntero, se le llenan los ojos de lágrimas... y emocionado por ver que sus inacabables cosas finalmente encuentran su lugar en este mundo y se convierten en "cosas de bien", casi casi como un hijo pródigo.
En realidad... creo que mucha gente en un punto tiene un poco de esto. Hasta yo misma, sin duda...
Saludos
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