(...)
Hola nene. Hace 2 días que no paro de pensar en vos... y todavía no logro encontrar un por qué.
Por lo pronto encontré la pantalla, y veré si mientras escribo (como tantas otras veces) logro comprender algo.
No paro de pensarte, no puedo creer, no entiendo, no encuentro motivos, no digiero, no mastico. Ni siquiera me parece real. Siempre fuimos así, cada uno con su camino, y de vez en cuando los cruzábamos, no eran raros nuestros mutuos cuelgues, nuestras vorágines. Tengo tristeza y tengo impotencia. Me da bronca pensar en cuándo fue la última vez que te vi. Me da bronca que haya sido la última y no solamente la más reciente. Sigo dándole vueltas en mi cabeza y no hay caso, no puedo entender que pasó, qué fue, dónde estaba yo, por qué no estuve ahí con vos, por qué ese día no estábamos mirando Simpsons o alguna peli nacional con Coca light, por qué no voy a escuchar con fascinación (y, muy probablemente sin mucho entendimiento) lo último que habías compuesto, por qué no desafiamos a nuestros estómagos con 1 kilo de Pérsicco (light, ideal para el verano) o el café mitad y mitad en taza grande y con altas dosis de Oreo (para cuando estaba fresco)? Así, la lista se hace infinita, y vos eras inmortal y yo también. Dejate de joder, viejo... por qué decidiste (y tan rápido) que no tenías ganas de estar acá? Por qué no quisiste vivir más? Qué te hizo pensar que eras prescindible? Q te parió... Qué cosa, ni me avisaste, te hiciste querer un montón, ya sabés, yo +. Pasó un montón de tiempo y la causalidad/casualidad hizo que me enterara recién Carajo! No me hagas enojar pendejo... tu tía postiza sabe lo que te dice. Te quiero amiguito, yo +, sabelo.
No hay caso, sigue pareciendo irreal (no te das una idea de cuán bueno sería que fuera así).
Ouch... ruele.
Por lo pronto encontré la pantalla, y veré si mientras escribo (como tantas otras veces) logro comprender algo.
No paro de pensarte, no puedo creer, no entiendo, no encuentro motivos, no digiero, no mastico. Ni siquiera me parece real. Siempre fuimos así, cada uno con su camino, y de vez en cuando los cruzábamos, no eran raros nuestros mutuos cuelgues, nuestras vorágines. Tengo tristeza y tengo impotencia. Me da bronca pensar en cuándo fue la última vez que te vi. Me da bronca que haya sido la última y no solamente la más reciente. Sigo dándole vueltas en mi cabeza y no hay caso, no puedo entender que pasó, qué fue, dónde estaba yo, por qué no estuve ahí con vos, por qué ese día no estábamos mirando Simpsons o alguna peli nacional con Coca light, por qué no voy a escuchar con fascinación (y, muy probablemente sin mucho entendimiento) lo último que habías compuesto, por qué no desafiamos a nuestros estómagos con 1 kilo de Pérsicco (light, ideal para el verano) o el café mitad y mitad en taza grande y con altas dosis de Oreo (para cuando estaba fresco)? Así, la lista se hace infinita, y vos eras inmortal y yo también. Dejate de joder, viejo... por qué decidiste (y tan rápido) que no tenías ganas de estar acá? Por qué no quisiste vivir más? Qué te hizo pensar que eras prescindible? Q te parió... Qué cosa, ni me avisaste, te hiciste querer un montón, ya sabés, yo +. Pasó un montón de tiempo y la causalidad/casualidad hizo que me enterara recién Carajo! No me hagas enojar pendejo... tu tía postiza sabe lo que te dice. Te quiero amiguito, yo +, sabelo.
No hay caso, sigue pareciendo irreal (no te das una idea de cuán bueno sería que fuera así).
Ouch... ruele.